Juzbado acogió durante la jornada de hoy sábado 5 de mayo a más de una treintena de personas procedentes de varios países y acogidas a través de la Asociación Accem. Se trata de un intercambio cultural realizado en nuestro municipio con familias y personas de países como Siria, Congo, Guinea, Venezuela, El Salvador, Albania, Ucrania o Turquía. En el encuentro multicultural han participado también los vecinos y amigos de Juzbado así como la asociación de mayores y de mujeres que han acompañado a los visitantes a lo largo de toda la jornada.
La jornada de convivencia multicultural comenzó a las 11 de la mañana con una recepción en el salón de actos del ayuntamiento en dónde Mariano Domínguez, Teniente de alcalde, dio la bienvenida a todos los participantes y presentó el plan del día. A continuación, los visitantes junto a los vecinos se desplazaron hasta el gran mural Libro Abierto de Joaquín Vilay Pablo Herrero, situado en el complejo deportivo de Los Berrocales, dónde conocieron de cerca los entresijos de esta inmensa obra de arte mural de más de 600 m2.
La visita a las piscinas municipales, junto al mural, es el anticipo de una segunda jornada de intercambio cultural prevista durante los meses de verano y que, en palabras de Faustino Iglesias, presidente de la Asociación de Mayores, será secundada por muchas personas. El nutrido grupo descendió a la ribera tormesina para conocer los huertos municipales y celebrar un encuentro futbolístico internacional en el campo de fútbol municipal. Tras el emocionante encuentro en el que grandes y pequeños disfrutaron del césped natural que estos días está en condiciones inmejorables, Jesús González Bautista presentó los prolijos espacios hortofrutícolas juzbadinos y explicó cómo se llevan a cabo las labores en esta época del año. De este encuentro derivó una posible colaboración en torno a los huertos para el mes de septiembre.
La comida se celebró en el salón de actos y allí se degustaron platos elaborados por los propios participantes y los vecinos de Juzbado. Un momento especial en que se sucedieron conversaciones de mucho interés en torno a una mesa llena de exóticos platos y que, sin duda, enriquecieron y deleitaron a todos los asistentes.
Juzbado quiere demostrar con esta convivencia que un mundo rural vivo es aquel que demuestra compromiso no solo por los retos endógenos, sino también por aquellos desafíos de escala internacional. Una encrucijada rural, según Mariano Domínguez, solidaria y cercana a aquellas personas y familias que, por diversas razones, han tenido que abandonar sus países de origen.